”....la muchedumbre, su contacto endurece y pule, la soledad ablanda y pudre."


Pues eso, hace ya muchas lunas desde que colgué el post nihilista y como mi estado de ánimo ha mejorado ya es hora de poner uno nuevo. El robot del que os he hablado en alguna ocasión (si, ese que no resuelve Sudokus pero me traía loco) ya está casi listo lo que significa que ya no tengo que pasarme toda la semana en el puto laboratorio y podré volver a la vida en sociedad. Esto no es tarea fácil ya que después de un mes encerrado y con el móvil desconectado la peña ya no me llama para ir a tomar copas. Tambien he tenido tiempo para irme de vacaciones.

Pues eso, como os había adelantado en el post anterior me he ido a la nieve, concretamente a Saas Fee (Suiza). Muy divertido como siempre que vas a la nieve pero agotador, todavía me duelen las piernas. Me gustó en especial la organización del viaje (aunque en un principio no me convencía mucho, ahora os explico). Para hacer “barato” el viaje, los organizadores lo montan de la siguiente manera; pillan entre 35-40 personas, alquilan una casa en la estación y nos dejan a todos allí con comida y nuestros skipass, así de fácil. Este tipo de organización, minimalista, por clasificarla de algún modo, resultó funcionar bastante bien (como todo lo minimalista, que además está de moda), en parte por que la gente era enrollada y a mi me benefició mucho porque el único trabajo comunal que realicé en todo el viaje fue: picar cebollas para un goulash (que es como le llaman los húngaros al guiso) y secar platos. En resumen, fue una experiencia entre gran hermano y hacer la mili.

La estación es pequeñita pero mola y tiene de todo; glaciar, restaurante giratorio, snow-park para destrozar tus huesos y una vida nocturna increíble para aniquilar todas tus neuronas, eso si, todo muy caro y en francos. Por hacer balance os diré que no volví con nada roto, como nota positiva, y que los 2 últimos días casi no pudimos esquiar porque se puso a nevar a saco y había riesgo de avalanchas; bueno, la verdad es que hubo más que riesgo, nunca había visto una avalancha en mi vida y me aburrí de verlas durante esos 2 días.

Por último, como sé que os suelen gustar los highlights de mis conversaciones con chicas os voy a deleitar con uno de ellos. Para poneros en situación era la noche de mi 26 cumpleaños, estábamos en un local muy marchoso y conocí a 2 chicas que se pusieron a hablar conmigo. Las tías estaban buenas y yo estaba medio pedo y vestía mis pijamas debido a una alocada apuesta que hice con uno de los monitores así que intenté ser con ellas lo más educado posible (que es lo que hay que hacer siempre para follar). Aunque en un principio no confiaba en mis posibilidades la cosa iba, contra todo pronóstico, bien y yo estaba contento de estar arrimado a dos cachondas frente a la atónita mirada de mis colegas de viaje, pero todo se torció cuando uno de ellos se acercó y dijo (lo pongo en español):

(Thomas, que tambien quería pillar cacho) -Hey, os ha dicho que hoy es su cumpleaños?

(Cachonda 1) - No, cuantos cumples?

(Yo, pensando que tendrían al menos 20 basándome en el estado de desarrollo de las jóvenes ) - 26, y tú?

(Cachonda 1, un poco cortada) - 16.

(Yo) - Que!

(Yo, dirigiéndome a la otra chica) – Y tú?

(Cachonda 2, mintiendo) – Uhmmm.....18!

(Yo, frustrado) - Un placer conoceros, adios.


Y así acabó mi noche de cumpleaños, sintiéndome todavía más viejo y sin una mísera felacitación, menos mal que recibí los dos mejores regalos que podía imaginar; una pipa de agua y una botella de Johnnie, gracias a mis amigos Greg Georgia, Chrisa, Gobo y Sabine; después de todo el sexo está sobre valorado.